Aspectos metodológicos.

Fundamentamos nuestro proyecto curricular en que la escuela no es algo aislado sino que está inmersa en la sociedad, cumple una función social, sobre todo en estas edades. La cultura que vamos a transmitir debemos seleccionarla teniendo en cuenta los conocimientos que tratamos de construir a través de los ámbitos de experiencia, y sabiendo que será imposible conocerlo todo.

En general, podemos aplicar los siguientes principios metodológicos:

  1. La globalización: expone que “los/las niños/as son un todo global”. Esto supone que el avance en un área va a influir necesaria y significativamente en áreas relacionadas; debemos pensar que los/las alumnos/as van a progresar en sus capacidades globales cuando comprendan e interioricen correctamente los objetivos didácticos programados, traduciéndose en progresos en las capacidades intelectuales, afectivas y emocionales, de expresión y comunicación, motoras, sociales y ético/morales.


  1. La enseñanza individualizada: la metodología educativa se basará en las experiencias, en el desarrollo de las actividades y el juego, en un clima de seguridad, afecto y confianza que estimula el desarrollo global de todas y cada una de esas capacidades. Además, permitirá la creación de situaciones y contextos que favorecerán a que los niños y las niñas sean los agentes directos de sus propios procesos de aprendizaje, con lo que también se incrementará su autonomía y la confianza en sus propias capacidades.

     


     

  1. Trabajo en grupos: el egocentrismo es un rasgo propio en estas edades y es necesario que lo superen. En este sentido, proponemos una gran cantidad de actividades de grupo donde los niños y niñas aprenderán comportamientos y normas, así como a compartir, a respetar, a participar, y a relacionarse con los demás. El trabajo en colaboración y la suma de ilusiones que los niños y niñas aportan a un proyecto compartido, hacen que estos crezcan en el respeto, la escucha y la ayuda a los demás. Hay que valorar constantemente la participación, el compañerismo, la ayuda y el respeto hacia los demás, de tal forma que el niño y la niña se sientan inclinados a repetir esos comportamientos que les reportan gratificaciones afectivas, y a superar el egocentrismo, desarrollando su capacidad de relación con los demás, su autonomía y su independencia.


  1. El aprendizaje significativo: se basa en la comprensión de lo que se aprende, relacionándolo con lo que ya se sabe para que se construyan de forma progresiva conocimientos sólidos. Para que este tipo de aprendizaje pueda ser posible, lo primero que se debe hacer es conseguir despertar el interés del alumno por aquello que tiene que aprender. A continuación, debemos emplear una metodología que nos permita transmitir dichos conocimientos de forma coherente y estructurada, es decir, apoyada en conocimientos que ya posee el alumno y con un nivel de complejidad adecuado a su edad. 

     



  1. Organización del tiempo y el espacio: la organización del tiempo en Educación Infantil ha de respetar las necesidades de los niños y niñas, combinando tiempos de actividad con el de descanso y actividades individuales con relaciones grupales. Es necesaria una adecuada planificación de la jornada escolar. En cuanto al espacio, es fundamental que los niños y niñas lo perciban como algo suyo. Ha de adaptarse a sus necesidades, previendo que dispongan de lugares propios y de uso común para compartir, para estar solos o para relacionarse con los demás, espacios para realizar un determinado tipo de actividades, etc. Se fijarán áreas o rincones para el juego, para los disfraces, para las actividades plásticas, para las construcciones, etc.





















Comentarios

Entradas populares